viernes, 30 de enero de 2015

Feria del tamal!

Pues acabo de enterarme que del 27 de enero al 2 de febrero estará esta feria que estará en el Museo de culturas populares, y como tengo una excelente experiencia con las ferias de alimentos en Coyoacán, de verdad que pienso ir. Eso y que me llama mucho la atención la exposición Taco de ojo, el erotismo popular. Espero lo mejor y les tendré fotos mañana del evento ;)

martes, 13 de enero de 2015

Ansony, marca mexicana

Hola de nuevo! Les ha pasado que de repente dicen 'chin! en unos días es el cumpleaños de Pánfila y no le he comprado nada...y sólo le gusta ver series...'. Hoy les hablaré de una marca mexicana de joyería y de peluches en general, se trata de Ansony Luna. Les hablo de él porque aparte de cliente, acabo de ser ganadora de uno de sus concursos en FB y ahora tengo el bello llavero del gato Cheshire que está más abajo y que seguramente pondré en una bolsita permanentemente para que luzca con toda su belleza felina. La razón por la que quiero recomendárselos es porque trabaja piezas verdaderamente bellas; en el caso de los muñecos, pueden ser según su catálogo en línea o una personalización, las cuales le quedan hermosas.
     Por el lado de la joyería, en algunas cosas él mismo las hace y para otras ofrece las piezas para bisutería, y en ambos casos son verdaderamente lindas y de calidad; por ejemplo, yo he comprado un par de dijes para hacer unos aretes, pompones de gamuza para pulseras, un relicario en forma de libro y una pulsera de picos de turquesa blanca, y no me canso de usar nada. Para contactarlo, pueden hacerlo en www.facebook.com/AnsonyLuna/ y ver sus catálogos o pedir algo que quieren a gusto. Lindo día y nos leemos en la próxima!

Voy pintadito a mano y soy genial!

Baños de vapor

Pues de nuevo estoy por acá para contarles una de mis mejores experiencias en lugares en peligro de extinción. Esta vez, fuimos luego de una larga jornada laboral, mi chico y yo, a unos baños de vapor. Lo primerísimo que quiero aclarar es que no me quiero ir con la propuesta tendenciosa de los encuentros sexuales entre la comunidad gay, pues aunque actualmente es su público más prominente, no es el único.  Al menos yo veo que la mayoría de estos sitios obviamente tienen la intensión de ya tratar ese lugar como un sitio nostálgico al que asisten hombres mayores que añoran los servicios que se daban cotidianamente en estos lugares, o gente que busca encuentros sexuales casuales sin ninguna clase de responsabilidad moral posterior.
     Al llegar, uno pasa a pagar como en cualquier sitio que brinde servicios. La cara de los empleados siempre es la misma en todos y cada uno de los baños a los que hemos ido por una razón en específico: somos una joven pareja heterosexual que pide una regadera privada, porque no tenemos ganas de los voyeur que tengan ganas de ver algo más; claro que los hay, como en cualquier lugar. Luego, nosotros entramos y a lo nuestro; es decir, el baño.
     Cuando el servicio de vapor es de calidad, uno primero piensa '¿y con esto me tendré que estar todo el rato?'; o al menos así es la primera vez. Luego, tomar la ducha es completamente ordinario, el agua sale de una regadera y listo, nada novedoso. El chistecito es precisamente ese vapor que se tiene que aprovechar en el tiempo que dan para quedarse dentro de la regadera, que casi siempre es de 2 horas.
      Lo mejor de todo, y por mucho, es sentarse en la banca que normalmente está a un costado de la regadera y esperar a que se caliente el cuerpo, a que uno sude y sentir la humedad de lleno en la piel, relajarse con el calor. En lo personal usamos mucho jabones con aromas frutales o exóticos, como mandarina o miel, y lo cierto es que el aroma se potencializó con el vapor, lo que nos dio una experiencia tremendamente diferente a la de una ducha normal.
     Por otra parte, también quiero hablar de estos sitios como una experiencia única en su tipo y que está al alcance de muchos de los bolsillos mexicanos, pues los precios oscilan, según lo que se busque, entre los $40 y los $100 por persona, y los servicios varían tanto en la calidad como en la cantidad entre un lugar y otro; sin embargo, si buscáramos los mismos servicios en un spa rebasan los ingresos que ganan muchas familias durante la quincena y en muchos casos, hasta del mes. Claro, en paquetes de ciertos precios, además de masaje, sauna y mascarillas, agregan artículos de lujo como vinos, frutas y otros extras, para hacer la experiencia mucho mejor; algo que la economía doméstica puede cubrir para los que somos menos afortunados en nuestras finanzas.
     Pues bien, eso es todo por el momento, cuando menos de los baños de vapor. En cuanto nos animemos a tomar otros servicios 'especiales' como los jacuzzis o los baños turcos, les informaré estas experiencias que no pueden dejar de tener si tienen la oportunidad de hacerlo. Después de todo, vida sólo hay una.


viernes, 9 de enero de 2015

Perderse en el infinito

Les platicaré la bella experiencia que tuve en la exposición de Yayoi Kusama, Obsesión infinita y de cómo sobrevivir a ella sin quedarse con un mal sabor de boca. Lo primero y antes que cualquier cosa, es que tienen que llegar temprano al museo Tamayo. Como por eso de las 8 o 9 de la mañana. La razón es que al tener tan poco tiempo en México para exhibición la gente la quiere ver a toda costa, y se hacen grupos de 130 personas en distintos horarios para pasar por las salas. Yo y mi chico llegamos por eso de las 11 am y apenas alcanzamos boletos para el último grupo, el de las 16:30.

     Lo más pesado, por obviedad, es esperar en la fila (tiempo de espera aproximado que estuvimos, 2 horas); primero te dan un boletito de papel para contabilizar a las personas que pasarán a la expo e ir despidiendo a los que no alcanzan entradas para ese día (lo cual debe ser terrible cuando llegas ahí) y así no crer un caos de fila interminable como en el museo de Antropología, que tiene a veces filas para ver las obras dentro de la exposición y durante horas.

     Una vez que llegas a la taquilla te sientes feliz hasta que ves que te dan un horario de visita que de hecho debes respetar, pues es el boleto que pagaste o que te asignaron en caso de que seas estudiante. Si no tienes nada más que hacer, puedes pasearte por el parque, ir a otro museo cercano, ir al zoológico o visitar Zona Rosa o la colonia Roma, que quedan cerquísima y tienen muchas tiendas geniales de diseño. Nosotros, por ejemplo, fuimos a una cafetería de la que les hablaré después.

     Ya al entrar el museo, lo primero son las obras de su primer época, aún en un Japón desgastado por la guerra y una mujer a la que no le llegaban los materiales adecuados para su obra artística y que, a pesar de ello, destacó. En esta sala les recomiendo que den unos pasos para atrás estando frente a los cuadros, la perspectiva cambia mucho cuando lo hacen y verán algunos efectos de la obra que no lograrán ver si la inspeccionan a fondo y estando cerca.

     Posteriormente vienen las obras fuertes, las de su auge y desaparición temporal, que se acoplan bastante bien con los movimientos políticos del tiempo en Estados Unidos, país en el que radicó gran parte de ésta época. Es entonces cuando comienzan las salas interesantes y una de las razones que da nombre a la exposición: lugares con ciertos tonos de luz o disposiciones que hacen que uno se sienta parte de la sala misma, que se pierde entre los tonos y matices y se vuelve parte del entorno, lo que es uno de los propósitos de la autora en esas obras.

     Así que si quieren aproximadamente dos horas de arte completamente diferente a lo que suelen estar acostumbrados, créanme que no desperdiciarán su tiempo y dinero en esta expo, que ya se va este 18 de enero.

Estamos de regreso!

Así es, regresamos a las andadas ahora con mucha más cultura, más lugares para visitar, para ir a comer, para comprar y hasta como probadores de productos. No duden en hablarnos de lo que quieran hacer, probar, visitar, leer y hasta cambiar, lo haremos desde acá. Sin más, les aviso que la próxima entrega será referente a una visita al museo, una expo que no se pueden perder y que está a poco de irse. Hasta pronto!